Muchas veces he comentado cómo el servicio público suele ser menospreciado, olvidando quizá la complejidad y heterogeneidad que dicha labor representa como parte de la ciencia administrativa. Es por ello que esta profesión requiere no sólo de preparación, sino también de otras habilidades como liderazgo, empatía y una capacidad para aprender rápido y saber tomar decisiones.

Sin embargo, la indisoluble e intrínseca relación entre política y administración, esa a la que el sociólogo alemán, Max Weber, se refiere en sus postulados sobre la teoría general de la administración; representa en la práctica un elemento que en ocasiones termina yendo en contra de la misma eficiencia y racionalidad administrativas. Esto sucede porque es bien sabido que acceder al poder no es una labor individual sino en equipo, lo que implica el cumplimiento de compromisos políticos donde van incluidos todo tipo de perfiles: buenos, no tan buenos y malos.

En anteriores ocasiones hemos destinado también este espacio a evaluar el desempeño de quienes integran el gabinete estatal, mismo que como es lógico que suceda, ha sufrido bajas y altas en función de las coyunturas que se van presentando, motivadas no sólo por cuestiones de funcionalidad, sino en la mayoría de los casos por estrategia política.

En esta ocasión e independientemente de la situación de inseguridad que priva en la entidad, es conveniente también hablar de lo que se está haciendo bien, y por lo tanto de esos funcionarios que están sacando la casta, cumpliendo de esa manera con la responsabilidad que el Gobernador les confirió y confió.

Un caso que lo ejemplifica es el de Raúl Francisco Montero Zamudio, un funcionario joven que al frente de la Secretaría de Obras Públicas del Gobierno del Estado, no ha caído en el juego de la politiquería y menos aún de ese fuego amigo, fraguado por muchos a quienes los problemas que aquejan a la entidad es lo que menos les importa, ya que lo único que verdaderamente buscan son beneficios personales o de los grupos que están detrás de ellos.

En consecuencia podemos asegurar que en materia de obra pública, lo programado se ha estado llevando al pie de la letra, y aunque es lógico que el tema de inseguridad monopolice la opinión pública, lo que sí es palpable y comprobable, son las obras (edificadas o en curso) de infraestructura vial, deportiva, educativa, y por supuesto aquellas tan indispensables en materia de agua potable y drenaje.

Otro a quien le hemos visto trabajar sin distraerse y enfocado en lo suyo, es el actual titular de la Secretaría de Economía, Ricardo Velarde Cárdenas, quien contrario muchos otros que llegan a un cargo y se marean con el ladrillito, decidió aprovechar lo logrado y la experiencia del personal a su cargo, imprimiendo su sello y dinámica personales en los diversos programas que opera esa dependencia.

Es así como a este también muy joven funcionario por cierto, se le ve recorriendo el estado constantemente, ya sea impulsando las ferias de empleo, entregando apoyos a micro y pequeños empresarios, o bien gestionando la atracción de inversiones privadas. Tan sólo es este último rubro, se ha logrado alcanzar ya el 80 por ciento de la meta a seis años, lo que nos dice que muy a pesar de las consecuencias económicas que han traído consigo estos aciagos meses de violencia desbordada, es de reconocerse la persistente y redituable dinámica de trabajo que caracteriza a la Secretaría de Economía.

Por último y como suele suceder en toda administración, hay siempre una dependencia en la cual su promoción nunca es proporcional a su impacto social. Me refiero al Sistema DIF Estatal, quien con la exclusiva vocación social y humanitaria de todos sus programas, termina por darle brillo a cada Gobierno en turno.

Es así que por más críticos que seamos, nadie puede regatear la voluntad, el esfuerzo y la dedicación con la que ha liderado esa dependencia la doctora Eneida Rocha Ruiz. De hecho, en su reciente Informe de Gobierno, quedó demostrado el trabajo que se ha realizado en el DIF en estos tres años, lo mismo en acciones de alimentación y salud a grupo vulnerables, que en los apoyos a jornaleros agrícolas, o bien en los servicios que se ofrecen gratuitamente a la población en materia de rehabilitación y tratamientos para el cáncer y problemas de autismo.

Finalmente y también es oportuno aclararlo, mucho de lo que se está haciendo bien en esas dependencias, se debe a la adecuada conducción y comprobación de los dineros públicos, cuya responsable es la Secretaría de Administración y Finanzas. De ahí que su titular, Joaquín Landeros Güicho, fue objeto ayer de reconocimiento público por el propio Gobernador del Estado, pues de acuerdo a la ASF, Sinaloa está ubicada como la quinta entidad con mayor orden y comprobación de sus recursos.

En contraparte y aludiendo a lo señalado al inicio de esta entrega, hay casos donde los compromisos políticos generan oportunidades a nuevas caras, pero que no siempre terminan por aprovecharlas. Aquí cabría el desempeño de la nueva titular de la Secretaría de Turismo, Mireya Sosa Osuna, a quien vemos sin presentar un plan de trabajo y sólo acudiendo a la presentación de eventos programados en los municipios, más en calidad de testigo que encabezando una estrategia integral de promoción turística.